El mar, testigo de excepción... Oídos, ojos, olfato, gusto, y por qué no, tacto, espectadores de primera fila del festival enomusical Ribeiro Son de Viño, que se celebraba el pasado 19 de julio en el Náutico de San Vicente do Mar (O Grove).
Muchas cosas ayudaron a que el evento tuviera tan buena acogida: el espacio; El Náutico, único de estas características en muchos kilómetros a la redonda, tan bien comandado y con una acústica alucinante; el entorno, mágico, el mar, la playa nada más poner el pie fuera del recinto...la música, interpretada cada hora par (salvo el concierto fin de fiesta) durante toda la jornada. Esos tres pilares sentaron los cimientos sobre los que se asentaría este sorprendente festival; y el protagonista, el actor principal: EL VINO, El Ribeiro.
Hasta el sol tuvo que rendirse y acabar por salir, en un día que empezaba no muy bien en cuanto a lo metereológico; de camino a O Grove llovía como si no hubiera mañana...
Vistas de la playa desde EL Náutico, aquí el sol aún no quería salir... |
Cuando llegamos, con ese ambiente gris, estaba claro que la fiesta tenía que tomar fuerza dentro, que sería el vino y la música la que hicieran el resto...y así fue...A las 14:00, tras la presentación del evento de mano del Alcalde de O Grove, el gerente de la D.O. Ribeiro y Mercedes González del Club de Cata Vistislucus, con el vino elegido en la cata anual del Consejo Regulador, la chilena Soledad Vélez y su rasgada voz, se encargaban de encender el ambiente...la lluvia cesó y el sol, que tantas y tantas horas acompaña a los vinos del Ribeiro durante su vida, quiso también estar presente aquí.
Vinos elegidos en la Cata anual del Consejo Regulador |
El resto ya vino rodado; la primera cata armonizada (con pequeños pinchitos servidos con cada vino) corrió a cargo de Adegas Valdavia y su Cuñas Davia. Ya he hablado anteriormente de esta bodega y de lo mucho que me encantan sus vinos, así que os invito a leer de nuevo ese post en mi blog (#autobombo). Alberto Úbeda, a los mandos de esta bodega, y su enólogo, nos hablaron de los dos vinos que pudimos catar: Cuñas Davia y Cuñas Davia Barrica. El primero, un coupage donde la voz cantante la lleva la Treixadura, acompañada de Albariño, Godello y Lado, lleva crianza sobre lías. Un vino intenso, muy aromático, donde predominan frutas maduras (manzana, membrillo), amplio, untuoso, bien equilibrado en cuanto a acidez. El segundo, Treixadura con 20% de Albariño, lleva crianza en roble francés durante tres meses. Lo justo para apreciar lo que la madera puede aportar a este vino blanco, sin dejar que oculte las peculiaridades de la uva y el terreno. Yo lo defino como un vino elegante, sofisticado, con aromas ahumados y a frutas de hueso. En boca se aprecia esa complejidad y no deja de ser fresco, con un toque seco aportado por el roble.
Adegas Valdavia comentando sus vinos |
Con los paladares sensibilizados después de este gran vino, había mucho ganado para que Txetxu Altube sensibilizara otro de nuestros sentidos... Emoción a raudales, delicadeza...qué gran voz! personalmente me hubiese gustado que se concierto durase tres horas (sé que él no piensa lo mismo...;))... En su repertorio incluyó temas de su antigua banda Los Madison y también temas de su nuevo disco en solitario. Me emocionó realmente, la verdad.
Txetxu Altube en plena actuación |
Os Adeuses, fotografía de Alberto Martí, escogida para este vino |
Ya perfectamente empapados de morriña, los vinos dieron paso en el escenario a Caxade, dispuestos a no dejar a nadie indiferente con su estilo musical. Tradición y modernidad en perfecta armonía...Música que nace de la tierra, interpretada con instrumentos procedentes de la música folk tradicional, pero que aporta frescura y carácter innovador, muy acorde con la imagen que a su vez la D. O. Ribeiro nos ofrece en la actualidad.
O grupo musical CAXADE |
El escenario fue ocupado entonces por el concierto intimista de Modelo de Respuesta Polar, con un acústico potente y emotivo.
Modelo de Respuesta Polar |
Tras ya unas cuantas horas de Festival, y con el sol ya perfectamente asentado a nuestro alrededor, Ana Méndez de Bodegas Campante, nos habló de sus blancos Gran Reboreda (Treixadura, Godello y Loureira) y Viña Reboreda (Treixadura, palomino y torrontés). El segundo un vino ideal para cualquier ocasión, suave y aromático; el primero, más fino y con más acidez, más untuoso. Además de sus vinos, la bodega nos sorprendió con sus dos cócteles: Redboreda y Rebofresh, elaborados usando como base sus vinos. He de decir que estaban exquisitos! Y lo bien que bajaban a esas horas!!
Ana Méndez de Bodegas Campante |
Redboreda...riquísimo!!! |
Coto de Gomariz aparecía ahora en escena para presentarnos dos de sus especiales e únicos vinos. Ailalá Blanco (Treixadura; fresco y frutal) y The Flower and the Bee tinto. Había probado anteriormente su versión blanca, pero no en tinto, así que fue esta una fantástica ocasión para hacerlo. Miguel Montoto e Inma Pazos, los encargados de presentarlos y de demostrarnos que la diferenciación reside en el respeto a la tierra y lo que las distintas variedades nos aportan. El tinto, elaborado con la variedad autóctona Sousón, es un vino ligero y agradable, con aromas a frutas rojas y notas herbáceas, muy recomendable!!
Los vinos de Coto de Gomariz |
La última bodega en aparecer fue la emblemática Viña Costeira, que nos presentó su Viña Costeira Blanco y Colección Costeira Treixadura, vinos siempre equilibrados y que muestran las peculiaridades del Ribeiro perfectamente. El Colección Costeira Treixadura es un vino muy aromático y equilibrado, un "must" en nuestras casa para cualquier ocasión.
Argimiro Levoso de Viña Costeira con Mercedes González |
Cuando ya casi era la 1:00 y esta que os escribe ya no podía más, el fin de fiesta vino de la mano del grupo valenciano La Habitación Roja y finalizó con el DJ Man Pop. Ya no puedo daros referencias subjetivas de esta parte porque me retiré muy dignamente y sobre todo muy agotada, que las horas ya pesaban en la espalda, el paladar y demás sentidos...
Por no extenderme mucho, me queda concluir diciendo que este tipo de iniciativas merecen su continuidad por la frescura y modernidad que aportan. El intento, nunca en vano, de acercar mundos a priori diferentes, me parece algo digno de aplauso. La cultura la forman muchas variables; una, sin duda, la música, pero también el vino es cultura, y luego las personas...nosotros hacemos cultura, nosotros hacemos que las cosas pasen, que las cosas merezcan la pena. Este es un claro ejemplo de que no hace falta ser un gran entendido en vinos para disfrutar de ellos en cualquier lugar y ocasión y sobre todo, para que nazca en nosotros el interés por saber más de algo que forma parte de nuestra vida desde hace tantos siglos, el vino. La mejor forma? Un FACE TO FACE bodeguero - consumidor, sin más barreras y artificios, sólo con un buen escenario detrás y ganas de disfrutar.
El Náutico de San Vicente |
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