Tras haber pasado el día anterior por Tui, para sumergirme en la Emoción dos Viños 2014 el 14 de junio y después de una noche demasiado larga, me tocaba madrugar para irme hasta Aveiro (Portugal) a visitar la bodega de Mário Sérgio Alves Nuno: A QUINTA DAS BÁGEIRAS.
A Mário ya había tenido la ocasión (y la suerte) de escucharle hablando de sus vinos hacía un par de meses en la Xabinoteca (antigua Viña de Xabi, lugar de referencia en Santiago para todo aquel que quiera probar vinos diferentes y poco convencionales, y del que ya he hablado en muchas ocasiones anteriores). Tras aquella "cata entre amigos", se decidió que lo siguiente sería ir a visitar su Quinta y, además de degustar sus vinos, probar el leitão al estilo de Fogueira, la localidad donde se enclava A Quinta das Bágeiras en Aveiro.
Allá nos fuimos un grupo de amigos rumbo a la zona conocida como Región Demarcada Bairrada, donde Mário tiene su Quinta y produce de forma artesanal sus vinos, empleando la variedad de uva tinta tradicional de la zona y que reivindica junto con otro grupo de viticultores: Baga. Los vinos elaborados con esta variedad, complejos, potentes, pero que conservan frescura y mineralidad, tienen una larga vida en botella (en su elaboración permanecen 18 meses en botella tras pasar 16 en toneles de roble), por lo que son más que recomendables como vinos de guarda.
En el caso de sus vinos blancos, las variedades más empleadas son Maria Gomes y Bical.
Entre los vinos que puede ofrecerte la Quinta, te encuentras con los espumosos (espumantes los llaman allí) blanco, rosado (delicioso) y tinto (este último todo un descubrimiento, la uva se manifiesta en todo su esplendor). Tras recibirnos con una copa de espumoso bien fresquito (fuera había cerca de 35º), nos dirigimos a la cocina para ver cómo metían en el horno los leitãos que luego nos comeríamos con Mário.
Después de la explicación de cómo se cocinan al estilo de la zona, nos dirigimos al exterior para visitar algunos de los viñedos propiedad de la Quinta y donde pudimos observar el estilo totalmente tradicional de la zona y las características de sus suelos, además de la antigüedad de algunas de sus viñas.
A la vuelta, nos dirigimos a otra parte de la bodega para seguir con una degustación de aceite gallego (el único que emplea Mário, según él mismo dijo) y de algunas delicias elaboradas por su familia (patés caseros).
Con los leitãos casi listos, nos sentamos en la mesa con Mário; primero un arroz y luego ya el leitão, todo ello regado por los vinos de la Quinta das Bágeiras: los espumosos, Garrafeira (blanco y tinto), el espectacular Pai Abel, dedicado a su padre (blanco y tinto también), realmente fantástico, vino potente ( el blanco casi 14º!), mineral, de color dorado, también apto como vino de guarda; en su elaboración fermentan en barrica y luego permaneden 24 meses en botella antes de salir al mercado.
Mientras comíamos (y bebíamos), Mário nos iba contando más cosas de sus vinos y de su tierra, y finalizamos con postres también caseros y licores elaborados también, cómo no, por Mário.
Tras la comida, nos quedaba tal vez lo mejor de la visita: Las explicaciones de Mário "a pie de bodega". Ya me había maravillado su forma de "contar" sus vinos, de explicarnos su tradicional y natural elaboración, pero verlo y escucharlo en su propia "Quinta", no tiene precio...tan solo hay que permanecer en silencio, dejarlo hablar, prestar atención...no necesitas entender nada más... el instinto de este viticultor a la hora de elaborar sus vinos es algo difícil de contar si no se escucha la pasión con la que habla de lo suyo, y si no se prueba alguna de sus maravillas.
Después de lo mejor, venía lo mejor de lo mejor: la visita a la "cava" subterránea donde se almacenan sus vinos, sus incontables espumosos y sus otras obras de arte... Espectacular cava... visita obligada!!!
Después de la intensa visita, y de una comida genial (con fados cantados por la familia incluidos), nos tocaba despedirnos e iniciar un largo y cansado viaje de vuelta a Santiago. El cansancio en mí era evidente, tras la "emoción" de Tui, ahora no parecía sentirme muy emocionada, sino más bien agotada... pero la visita a la Quinta das Bágeiras es algo que todo amante del vino hecho de forma natural y tradicional debe hacer al menos una vez; he de decir que me siento una privilegiada por haber escuchado a Mário Alves y haber probado sus vinos. Mereció la pena la falta de sueño, mereció la pena conocer un poco más a este maestro...
Farewell Portugal!! Qué ganas de volver!!
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