El pasado jueves 13, una vez más en VideVide, tenía lugar una de las catas incluidas en la serie de #ViñosconRaíces, que nos traerá cada jueves hasta el 18 de diciembre siete bodegas distintas cuyos responsables dirigirán y comentarán las pruebas de vino.
¿Qué es Viños Con Raíces? Una actividad que parte de la exposición fotográfica realizada por Michael Volker Kopa en siete bodegas gallegas, donde se retrata a sus responsables o a los enólogos y pretende poner de manifiesto el binomio persona-terruño como parte inseparable a la hora de elaborar el vino. En sus fotografías podemos observar claramente cómo se pretende reflejar la personalidad de cada uno de los bodegueros o enólogos en simbiosis clara con la tierra de la que extraen su producto. Cada uno de esos retratados vendrá cada jueves a VideVide a comentarnos sus vinos, todos ellos de altísima calidad y producción limitada, que comparten una filosofía de vida, de elaboración y de respeto y arraigo a la tierra.
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Detalle de la exposición fotográfica de Michael V. Kopa |
En este caso el turno era para José Luis Arístegui, propietario y responsable de la bodega del mismo nombre. A Arístegui es imposible no elogiarlo: Amor por la tierra y la viña, y respeto máximo al trabajo bien hecho... un trabajador incansable, silencioso, que observa atento sus viñas, las escucha para saber de sus necesidades... y ellas siempre dan lo mejor que tienen... unos vinos de 10.
La bodega es la más joven de la D.O. Valdeorras (2011), pero en realidad es el fruto de toda una historia familiar que comienza con su abuelo, luego su padre y ahora él. La mayoría son, por tanto, viñedos viejos que ya pertenecían a la familia; donde antes se empleaban sólo para elaborar vino de "colleiteiro", se ha buscado ahora la especialización y modernización para sacar al mercado una partida de vinos de altísima calidad vinculados a un terreno particular.
Es ahí donde reside la fuerza de los vinos de Arístegui: la tierra, el "terruño", eso es lo que consigue dar la distinción a las cepas y sus uvas... De esas laderas pizarrosas con esquistos, de donde sale su Traste, por ejemplo, o también de otras más arcillosas, todo ello no es más que un claro ejemplo de la importancia de la tierra para que una determinada uva muestre todo su potencial. Posiblemente la Garnacha tintorera de su Traste no sería la que es si no procediese de donde procede.
De ese respeto por la biodiversidad de cada finca, de la tradición, de actuar lo justo, allí donde es necesario, nacen los vinos que esa noche pudimos catar en VideVide, y que yo he tenido la fortuna de probar en ocasiones anteriores.
El primero de la noche fue su Godello 2012, para luego compararlo con el 2011. Diferentes añadas, diferentes vinos, desde luego. 2012, año complicado aporta un vino más intenso, más complejo al principio. no busquéis el típico godello aquí, porque no lo encontraréis. Este es el Godello de Aristegui, para mí, me atrevo a decirlo, los mejores blancos de la contorna y de mucho más allá. Destacan sus aromas herbales, mezclados con alguna fruta blanca, es fresco, y mantiene ese equilibrio con la acidez de toque cítrico en boca. 2011 siempre ha sido mi debilidad, mi pasión, un vino más ligero, lleno de sutilezas, se advierten aromas a miel, vuelven las hierbas aromáticas y algún toque a frutas más maduras.
En común también se perciben muchas cosas, además de que, obviamente, la variedad Godello aporta sus caracterísicas a ambos vinos: se aprecia el trabajo de Aristegui con las lías durante meses, y el respeto y no intervención en la viña, al tratarse de añadas tan diferentes. Son vinos equilibrados, de acidez correctísima y que desde luego, podremos conservar durante años en botella... Otra cosa será que consigamos aguantar una botella mucho tiempo en casa!