Madeleines varios sabores |
Sin duda los franceses son los amos de la sutileza y de la repostería fina: sus elaboraciones siempre resultan placenteras para la vista y, por supuesto, para el paladar. Cuando miras el escaparate de una patisserie sólo puedes pensar en una cosa: "¿Cuánto tiempo necesito para comerme todo eso sin que se dé cuenta el vendedor?"
Mencionar sus nombres evoca los más delicados y sabrosos placeres; los saboreamos sólo con visualizarlos: Macarons, financiers, clafoutis, petit choux, galletes, sables, bavarois, cannolli, coulants, charlottes, eclairs...y por supuesto madeleines.
Aunque por su nombre podamos pensar que se trata de las mamás de nuestras madalenas, nada tienen que ver con las reinas de nuestros desayunos y meriendas; Se trata de una especie de pastas de té, cuya base es el bizcocho genòise o genovés, muy utilizado en la repostería francesa. Es una masa delicada, tremendamente esponjosa y sabrosa. Las madeleines se conocen en Francia desde comienzos del siglo XVIII; proceden de la región de Lorena (debe ser por eso que me gustan tanto, jeje). Su forma característica se debe al molde en forma de concha donde se cuece la masa. El nombre en sí es un misterio. Se cree que Luis XV les dio este nombre por Madeleine Paulmier, criada pastelera de su suegro, el rey de Polonia y duque de Lorena. Otra leyenda las remonta a las épocas de peregrinaje a Santiago de Compostela, en donde una joven llamada Magdalena servía estos pequeños pastelitos en forma de concha, símbolo del peregrinaje.
Sea cual sea el origen de su nombre, la verdad es que merece la pena hacerlas en casa, ya que no es muy frecuente encontrarlas en nuestras pastelerías. Su elaboración no es muy difícil, pero hay que tener cuidado al preparar el bizcocho genovés; debemos cocer primero los huevos con el azúcar al baño María muy lentamente y batirlos hasta que tripliquen su volumen y luego añadir el resto de los ingredientes muy suavemente para que no se baje la masa. Vayamos con la receta:
Ingredientes:
Para el bizcocho genovés que servirá de base:
- 125 grs de mantequilla
- 125 grs de harina blanca de fuerza
- 1 cucharada rasa de harina de maíz
- 4 huevos
- 125 grs de azúcar extrafino (yo pasé por el molinillo de café azúcar blanco)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla o de agua de azahar
Para las variantes:
- café fuerte
- cacao en polvo
- 25 grs de frutas confitadas o arándanos rojos o cerezas confitadas o avellanas picadas
- ralladura de naranja o limón
- azúcar glas tamizado, para espolvorear.
Elaboración:
Precalentar el horno a 190º (yo lo puse con función ventilador). Derretir la mantequilla en un cazo a fuego lento. Reservar y dejar que enfríe. Tamizar la harina con la harina de maíz dos veces.
Poner los huevos con el azúcar y el extracto de vanilla o azahar en un cuenco grande y resistente al calor. Ponerlo al baño maría a fuego lento y batir con una batidora de varillas hasta que la mezcla espese, adquiera un tono pálido y triplique se volumen. La masa debe gotear de la batidora y formar una cinta.
Aquí es donde tendremos problema si no se bate la mezcla tal y como se indica. De hecho, lo que me sucedió a mi es que como tuve que batir la mezcla con la batidora típica con una sola varilla, que bate a más velocidad que la indicada para la receta, la masa no aumentó lo suficiente para conseguir la cantidad recomendada para 36 pastas; me quedé en 20! Así de importante es batir bien la mezcla, despacio y con el utensilio adecuado...
Luego retiraremos el cuenco del fuego y seguimos batiendo 1 ó 2 minutos más para enfriar la mezcla. Tamizamos de nuevo la harina, para que caiga formando una capa uniforme. La integramos con suavidad a la masa. Luego añadimos la mantequilla enfriada muy despacio para que se mezcle bien.
Rellenamos los huecos del molde con la mezcla y horneamos 10-12 minutos. Antes de desmoldar, dejar enfriar un poco.
Para las variantes, dividimos el resto de la mezcla en tres partes iguales. Para las pastas con efecto mármol agregamos un poco de café fuerte a una de las tres mezclas y la mezclamos un poco para hacer el efecto mármol (estas son las que no hice yo, porque ya no me llegaba la masa!). Hornearlas como la primera tanda.
Para las de chocolate, agregar una cucharada de cacao en polvo sin azúcar, tamizado. Hornear como antes.
Para las de frutas, se puede añadir fruta confitada (o como en mi caso, arándanos deshidratados picados), o cerezas o frutos secos. Si habéis agreagado agua de azahar a la primera mezcla, podéis añadirle a esta masa un poco de ralladura de naranja o de limón; le quedará exquisito. Hornear como las anteriores.
Dejarlas enfriar por completo en una rejilla y espolvorearlas con azúcar glas.
menuda pinta mas ricaaaaaaa
ResponderEliminarhttp://cupcakeobsesion.blogspot.com/
Lore! a qué hora dices que invitas a café????....qué ricas y delicadas son...me encantan!
ResponderEliminarbicos y feliz nadal
Muchísmas gracias chicas! Lo del café está hecho! lo tenemos pendiente!!! Antía: me sigues saliendo como Anónimo! jeje
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